Cuando nos hablan de verano o invierno, inmediatamente lo asociamos a nuestro conocimiento de lo caliente y de lo frío. Estas palabras muchas veces se ven acompañadas de calor y temperatura, dos cosas distintas, pero que se encuentran muy vinculadas entre sí. Muchos fenómenos térmicos se deben al calor.

 

Mediante nuestro sentido del tacto y otras circunstancias fisiológicas experimentamos ciertas sensaciones por las que afirmamos que un cuerpo está frío o caliente. Lamentablemente, por su carácter cualitativo y subjetivo, no podemos distinguir si una sensación es doble o triple de otra sensación similar que hayamos experimentado antes.  Los estímulos térmicos que produce en nosotros las sensaciones de frío o calor, produce en otros cuerpos modificaciones, como por ejemplo, La Dilatación.